Desde hace varios años es frecuente encontrarse con una corriente de opinión que tiene metido entre ceja y ceja "acabar con el Régimen del 78".
Identifican con este concepto a unos poderes ocultos en las sombras que son los que dominan y controlan todo. En el mismo saco se mete a la Monarquía, el Poder Judicial y el IBEX 35 y todo ello amparado por la norma que sustenta todo: la Constitución.
Para ello, arremeten contra todo aquello que, en su imaginario, ayuda a mantener el statu quo actual. Los "constitucionalistas" son tachados de fascistas y se les excluye de cualquier tipo de diálogo. Se habla del "relato de la Historia desde la ultraderecha" ante cualquier exposición de los hechos históricos que contenga un mínimo brillo sobre los logros alcanzados en nuestra historia común.
Cualquier mención a la unidad de España o su cultura está vista con recelo.
Es desolador verificar la existencia de un odio tan visceral hacia todo lo que somos y representamos.
Pero, ¿cual es el objetivo final? ¿donde quiere llegar esta corriente de pensamiento? y sobre todo ¿cual es su idea de España y los españoles?
Quieren una sociedad que renuncie a su pasado. Una sociedad sin historia que nace de la nada, o bien que tenga que pedir perdón por todo lo que ha hecho hasta ahora. Una sociedad humillada que empiece su nueva andadura inmaculada tras haber expiado sus pecados imaginarios.
Personalmente, aparte de algún cabreo que me llevo de vez en cuando, en función de las barbaridades que leo, oigo o veo por ahí, esta corriente me llena de tristeza. Tristeza porque, tras intentar comprender con toda la paciencia que puedo reunir, no veo ninguna propuesta, ningún plan ni objetivo para el futuro más allá del ansiado derribo del "Regimen del 78", de manera que, si alguna vez se consiguiera, lo que quedaría al día siguiente sería un inmenso y absoluto vacío.
Como siempre, intento ver el lado positivo de cualquier situación, y en este caso, la buena noticia es que NUNCA lo van a conseguir. Y no, no será por los poderosos en la sombra, ni por el IBEX 35, ni por la injerencia del capitalismo internacional, ni por el Rey, o la Iglesia Católica. Será sencillamente porque para hacerlo han de sentarse, dialogar y llegar a acuerdos con una inmensa parte de la sociedad a la que pretenden ignorar y ningunear. Igual que se hizo para aprobar la Constitución, cuando los que se odiaban, con razones claras y objetivas para ello, se sentaron para alcanzar un acuerdo que nos permitiera seguir viviendo en paz y prosperidad.
Hasta que no lo entiendan, no conseguirán más allá de vomitar su odio inútilmente.