lunes, 13 de agosto de 2007

Rodríguez

Desde el pasado viernes, estoy de Rodríguez. No lo he publicado antes para evitar avalanchas de mujeres en cueros aporreando la puerta de mi domicilio y top-models saturando de mensajes mi teléfono móvil durante el fin de semana.
Pues si, el pasado viernes, mi santa esposa y mis churumbeles pusieron rumbo al litoral y me dejaron sólo en casa.
Estuve dudando entre acompañarles el fin de semana y volverme después, o bien quedarme sólo y aprovechar para descansar. Quería acompañarles porque me hacía ilusión (si, yo también me he impresionado al comprobar que tengo corazón) por ver a los niños sus primeras impresiones en la playa, y por echar una mano (no es coña). Al final se impuso la cordura (según algunas fuentes el morro) y me quedé para descansar, aunque tampoco es que haya descansado mucho, aunque creo que si he aprovechado el tiempo. He visto a amigos, he hecho bricolaje, he visto peliculas, he aprendido a manejar (muy poco) un editor de video, he hecho ejercicio, en fin no he parado.
Quizá parezca que he estado a mis anchas, tranquilo, relajado, libre, feliz... pero no, lo cierto es que echo mucho de menos a mi clan, a pesar de lo que cansan los niños, del trabajo que generan, de no tener ni un minuto para hacer nada, de las divergencias... como diría mi señora , a mi, me compensa.
Menos mal que en dos días, estoy con ellos para poder echar de menos la soledad y el tiempo libre.