domingo, 26 de abril de 2020

A funcionar

Dicen Los Listos, que no vamos a alcanzar la inmunidad de grupo hasta 2022, y que los modelos matemáticos aplicados a la propagación del virus muestran que, actualmente "tan sólo" entre el 25% y el 30% de la población ha pasado por el contagio, lo que significaría que al resto de la población, todavía nos queda pasar por el aro.
Por mi parte, sin ningún estudio realizado, ni basado en ningún análisis riguroso, ni nada que se parezca a un modelo matemático, pienso que son un poco exagerados. En todo caso, entiendo que el bicho va a ser parte de nuestra vida y que, en lo sucesivo habrá que andarse con ojo, de la misma forma que debemos andarnos con ojo con el colesterol, con la sal, con el tabaco, con la falta de ejercicio, con las radiaciones solares, etc, etc.
¿Voy a cambiar mi vida? Indudablemente, pero tampoco me voy a volver loco. Voy a dejar de dar besos por esa pintoresca cortesía social que tenemos tan arraigada de besarnos y tocarnos con extraños a la mínima oportunidad. A partir de ahora seré como la española de la copla y cuando bese, besaré de verdad, porque no me interesa besar por frivolidad.
Pero no me veo viviendo con mascarilla, guantes y gel desinfectante toda la vida. Ahora si, vale, no hay problema. Porque el asunto está muy reciente y por respeto a los demás. Haré todo lo posible para que, en la medida de lo posible, no ser un factor de riesgo para mis congéneres.
Lo que tengo claro es que no pienso vivir asustado de ahora en adelante y, por higiene mental, recomiendo que, una vez pasado el dolor y el susto, volvamos a la vida normal. A trabajar, al transporte público, a los bares, cines y teatros sin ningún miedo. Con otras costumbres, con más cuidado, vale, pero sin volvernos locos.
Esto hay que ponerlo a funcionar de nuevo sencillamente para evidenciar que podemos superarlo.


domingo, 19 de abril de 2020

Felicidades

Como soy muy disciplinado, me ceñí a los algo más de 10 segundos que me pedía la (increíble, magnífica y alucinante) Dirección Artística de tu video-felicitación, pero claro, ese tiempo no da para mucho.
Por cierto, estarás orgulloso. Al menos para mi, resulta reconfortante ver como te arropan los amigos que has cosechado afanosamente durante estos 50 años de una forma tan emocionante.
Viendo la obra completa con los recuerdos de todos, me animo a dejarte mi granito de arena.
Sería 1986 cuando nos conocimos. Eras un amigo de Nacho de su antiguo cole, pero ahora ibas al Casvi para "cambiar de aires académicos". Se que hubo más "amigos del cole de Nacho", pero solo me acuerdo de uno. Por algo será.
Decía entonces Alaska que "con tu tacón de aguja, los ojos pintados, dos kilos de rimmel... eres el rey del Glam". Bueno, tu no llevabas nada de eso, ni falta que te hacía. Te bastaba con tu "Pichón callejero", tu pelo que en cualquier circunstancia estaba siempre igual, tu saber estar y tu sentido del humor para convertirte en pieza fundamental de nuestro grupo de amigos. 
Recuerdo que, hasta entonces para mi Villa era un lugar de veraneo, pero a partir de ese momento empecé a venir también casi todos los fines de semana del resto del año. Me traía alguien, o venía en Blasa, daba igual. Había que venir como fuera porque allí estaban mis Amigos.
Como dicen los niños ahora, recuerdo un momento muy random de esos primeros tiempos. Un sábado por la tarde, con un frío y una niebla en la calle de narices. Acabamos en el salón de abajo de tu casa cuatro o cinco de nosotros y no se nos ocurrió nada mejor que jugar a dispararnos bolitas de papel de plata en el culo con la escopeta de aire comprimido. Dicho así, puede no parecer una gran idea, pero fue de las veces que más me he reído en mi vida.
Luego vinieron los Saimazas, los Mostros, la caza de "ositos", las misas más hilarantes que haya existido nunca (gracias a tu tío de la tónica Schweppes), la bodega, sus muses y sus ensayos.
Me pongo a recordar y vienen mil momentos a la cabeza. Se me pone una sonrisa tonta, el alma blandita, y algo más de humedad en los ojos de lo normal.
Muchas gracias por ser un tipo honesto, por ser tan divertido, tan paciente, tan generoso y tan buen tío. Gracias por el hospedaje, por los calditos, por los portes, en fin, que como decía Loquillo, "He tenido suerte de llegarte a conocer", aunque ninguno de los dos llegaramos a Rock-n-roll Star. 
Bueno tío, que ha sido un placer, que estoy seguro que lo seguirá siendo mucho tiempo más, que ya sabes donde estamos y que eres un gran AMIGO y un tipo Enorme.
Un abrazo y Muchas Felicidades.

sábado, 11 de abril de 2020

La responsabilidad del Gobierno

Se queja el Gobierno y sus fans de falta de lealtad por parte de quienes les critican. Defienden que su forma de actuar ha sido impecable, tan buena o mejor que la de otras naciones de nuestro entorno.
A tal punto llega su histeria por controlar lo que se dice que hace un par de días miles de usuarios de Twitter críticos con su gestión han visto como sus cuentas, con miles de seguidores, han sido suspendidas o eliminadas con la excusa de que estaban propagando información falsa.
Estoy convencido que si esta situación le hubiera tocado a cualquier otro partido de signo contrario, la gestión habría sido igual de regular, con sus aciertos y sus muchas equivocaciones, pero eso no quita que cuando estás en el Gobierno debes saber aguantar las críticas y aceptar aquellas que te ayuden a mejorar tu gestión y corregir tus errores.
Por ejemplo, un error del que se puede aprender es precisamente el manejar la comunicación política con un mínimo de Responsabilidad y Etica. De lo contrario, no puedes esperar que, cuando ejerces la acción de Gobierno, los demás hagan un uso responsable y ético de la información. No puedes esperar que le montes un pollo al Gobierno de dimensiones épicas con el virus del ébola, con 3 contagiados en España; y pretender que ahora, con más de 15.000 muertos, todo sea apoyo y palmaditas en la espalda.
No puedes pretender hacer co-responsables de la expansión del virus a los que en las fechas en las que el Gobierno sabía perfectamente lo que se estaba cocinando y sus consecuencias, fueron al futbol, a mítines, al Rastro, o a misa, cuando es el propio Gobierno quién, en el ejercicio de sus funciones, podía haberlo impedido. El Gobierno lo sabía y tuvo la oportunidad de actuar unos días antes y no lo hizo por intereses y presiones puramente políticas. Las advertencias de "besos no" en la manifestación del 8M son muy claras al respecto. No lo hicieron antes, conscientemente.
¿El Gobierno es responsable único de lo que ha ocurrido? El único no, pero sí el máximo responsable y, como tal, tendrá consecuencias al menos políticas. 
¿Lo podía haber gestionado mejor? Indudablemente.
¿Lo habría hecho mejor la oposición si estuviera en el Gobierno? No lo creo.

sábado, 4 de abril de 2020

Se acabó

Recuerdo perfectamente nuestra entrada en el entonces Mercado Común Europeo.
Supongo que, como una gran mayoría de españoles, entonces arrastraba un complejo de subdesarrollado por el hecho de no pertenecer al club europeo.
A pesar de estar en plena edad del pavo con otras muchas preocupaciones en mi cabeza, ese estigma estaba bien presente en mi vida. Por eso lo recuerdo bien. Lo retransmitieron en directo por la tele, y yo había llegado hace poco del colegio y me puse a verlo con devoción. Recuerdo una tarde cálida de primavera. En la tele un salón con muchos muebles dorados, alfombra espesa de colores claros, sillones de terciopelo color burdeos y una gran solemnidad y emoción. Creo que se trataba de la firma del Acta de Adhesión para que entraramos a formar parte del Club Europeo a partir del 1 de Enero de 1986.
Fue la típica ceremonia aburrida, pero me la tragué con absoluta devoción, y cuando acabó, al apagar la tele, también recuerdo que se me quedó esa sonrisilla que, sin saber por qué, se les queda a los tontos cuando están felices por algo.
Entonces mi felicidad se reducía al hecho de ser aceptado, o según se mire, dejar de estar excluido. Mi visión de joven adolescente no iba más allá.
Luego con el paso del tiempo me di cuenta de otras cosas. La llegada de los fondos estructurales, el tratado de Schengen, las becas Erasmus... Según iba creciendo y siendo más consciente de mi entorno y de todo lo que aquello significaba, mis estructuras mentales, mis principios y costumbres se iban acercando a lo que yo consideraba que debía ser un ciudadano europeo modélico.
Quise hablar bien inglés (y más o menos lo conseguí), quise estudiar más, quise ser más formal, profesional, serio y sobre todo, eso que tanto se repetía (también ahora se sigue repitiendo), más productivo, que aunque no acababa de saber a qué hacía referencia me parecía la quinta esencia de lo deseable para ponerme a la altura de mi ciudadanía europea.
Acabé la Universidad, seguí estudiando y llegó el gran momento de ponerme a trabajar. Muchos miedos, incertidumbre ¿estaré preparado?
Y entonces se obró el milagro: una multinacional europea me contrató.
Incredulidad ¿a mi? ¿en serio? ¿estoy soñando? Pero no era real. Entonces, más inseguridad ¿seré capaz de hacerlo?
Fueron horas eternas, mucho esfuerzo y temor: "no me entero de nada" (soñaba con el trabajo) y eso que mi posición era muy simple.  Pero si, lo logré. Luego fui promocionado, me hicieron indefinido, volví a promocionar en mi posición y empecé a codearme con colegas de otros países.
"Ya soy uno de ellos".
Pero no. Ni el sueldo ni las condiciones eran los mismos, aunque si la responsabilidad.
"Claro, es normal, ellos son de países más importantes. Son más productivos."
Con el paso de los años y la experiencia que da el trabajar a diario con otros colegas europeos de países importantes, te das cuenta de que no hay ningún motivo para diferenciarnos, ni mucho menos. Más bien al contrario.
El remate vino con la crisis de crediticia de 2007 que castigó especialmente a los países del sur. Fue una crisis para demostrarnos que había europeos de primera y de segunda. Que teníamos que dejarnos guiar porque no somos capaces de hacer las cosas bien. Y entonces aprendimos a hacer las cosas bien. Como nos decían. Entonces hicimos más con menos recursos y, oh sorpresa, los resultados de mi Equipo eran mejores que los de mis colegas de los países importantes que seguían disfrutando de recursos. Tanto es así, que nos convertimos en modelo de gestión para los países importantes.
Pero la consideración no cambiaba. Siempre su opinión era más importante, aunque se limitaran a poner pegas a todo y demostraran nula proactividad o flexibilidad.
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Y ahora nos dicen que no quieren ayudarnos, que cuidamos demasiado de nuestros mayores, que si un cargamento con material sanitario pasa por uno de sus puertos lo pueden retener por su "interés nacional".
Pues mira, parece que esto se acabó.
Ahora os digo una cosa muy española: "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos".