lunes, 31 de diciembre de 2007

Hoy voy a ser cursi

Efectivamente, este post tras más de un mes de silencio evidencia que afortunada, o desafortunadamente, sigo vivo y dispuesto a escribir banalidades despiadadamente y sin asomo de sonrojo.
Como el último día del año, el título debería ser algo así como "Balance del año" o "Reconocimiento de los pecados y propósito de enmienda", títulos que ya de por si llevan una carga de cursilidad importante, pero prefiero en esta ocasión ser claro y directo: voy a ser más cursi que la Barbie el día de su Comunión. Pero no sólo eso, además de cursi voy a ser obvio y predecible, con dos...
Para empezar os voy a desear sinceramente y de todo corazón que tengáis un feliz año, un año nuevo en el que consigais superar las dificultades, que se cumplan vuestros deseos, y que si no conseguis ser felices, al menos podáis vivir tranquilos, con orgullo por vuestro esfuerzo y con la completa seguridad de que, si no es el año que viene, será el siguiente, o el siguiente al siguiente, cuando consigais vuestros propósitos que tanto habéis perseguido y tan merecidamente debeis obtener.
Seguiría por esta senda sentimental, no obstante, gruesos lagrimones me lo impiden, motivo por el cual, lo dicho, Feliz Año Nuevo, para los que leen estas cosillas, para los que no, para vuestras familias, y mucho ánimo en todos vuestros nuevos proyectos, o vuestras rutinas,... os quiero aunque no os llame muy a menudo, o no os lo diga en persona.
Besos y abrazos por doquier.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Paleto sin fronteras (los aeropuertos y yo)

Acabo de volver de Londres y con "orgullo" he de decir que mostrado mi condición de españolito sesentero, a lo Alfredo Landa, en varias ocasiones según detallo a continuación.

Primera en la frente (control de seguridad en la T4) "Sr., lleva usted un aerosol de más de 100 ml. Puede usted dejarlo aquí para que sea destruido, o bien volver atrás a facturarlo"... mis cejas se levantan, miro a los ojos a mi interlocutor cerciorandome que no está de coña y asumo la pérdida del desodorante... nos despedimos conteniendo las lágrimas, sin mirar atras.

A grandes males, grandes soluciones. Elaboro mentalmente la estrategia para evitar que la pérdida del desodorante juegue en detrimento de mi imagen. Varias tácticas vienen a mi cabeza:

- No levantar los brazos en las próximas 72 horas... incómodo y poco práctico.

- Desnudarme por completo para evitar la sudoración debida al calor... interesante, pero habría que estudiar posibles implicaciones legales.

- Guardar distancia de seguridad de 2 ó más metros con respecto a mis colegas de otros países... tentador, pero de difícil ejecución sin levantar sospechas.

Me dirijo al kiosko-tienda-libreria que hay al rebasar el control de seguridad en la búsqueda de algo para leer y... Albricias!!!! venden desodorantes de viaje "Que tios más majos. Estoy salvado. Que buena idea". Voy sonriente a la caja con mi revista y mi Sanex roll-on de 55ml. "Son 13 euros, señor"... mis cejas se levantan (soy muy de levantar las cejas) y compruebo que la cajera no está de coña. El minúsculo desodorante tiene un precio de 9.50 €. Asumo la pérdida económica... "Que cabrones, buitres, estafadores".

Abandono el comercio y lo que me queda de talante en el kiosko y deambulo por la terminal. Casualmente entro otro kiosko más alejado. Tienen el mismo artículo, pero esta vez por un precio de 6.90 €. Quizá si hay otro kiosko todavía más lejos, el precio sea más razonable... pero no me consta la existencia de kioskos más lejanos dentro de la terminal. En condiciones normales lo habría dejado pasar, pero esta era una cuestión de honor, de justicia, de indignación y de los 40 minutos que me sobraban para el embarque.

Vuelvo sobre mis pasos. Me posiciono frente a la caja. A la cajera le sueno vagamente. Yo a ella no la olvidaré. Nos miramos a los ojos. Rompo el silencio "Quiero devolver esto", digo dejando sobre el mostrador el Sanex roll-on de 55ml. Noto las miradas de los pobladores de la cola clavadas en mi nuca. Ella mira el desodorante espantada. Improvisa "No se admiten devoluciones, lo pone en el ticket". Afortunadamente, el ticket de marras no contiene mucha literatura y leo con rapidez. Miente, no pone nada al respecto. Su jefa está al lado y accede a mi petición.

Con la satisfación del deber cumplido, me dirijo al otro kiosko y abono con gusto los 6.90 € que cobran por el mismo desodorante.

Me siento en el avión. Pasillo. Se sientan a mi lado dos mozas, con la mala fortuna de ser las poseedoras de las vejigas con menor capacidad de todo el aparato.

Llego a la reunión tarde (culpa de la compañía aerea). Asisto, participo, opino, aunque lo que diga yo les da un poco igual porque manda Alemania... todo bastante aburrido. Ceno con mis colegas franceses en el hotel. Estamos en Inglaterra, y como no, pedimos comida italiana e hindú, porque todo el mundo sabe que la comida inglesa no existe ¿Que demonios comerían antes de tener colonias e inmigración estos muchachos? Ellos me cuentan lo de sus huelgas, y yo les cuento lo del Rey y Chavez. Como apunte político diré que las huelgas les parecen injustas y creen que Sarkozy tiene razón, y sobre Chavez lo único que saben es que está haciendo algo con los secuestradores de la Sra Betancourt (no saben nada del "que te calles Karmele").

Termina la reunión. Vuelta al aeropuerto. Control de seguridad. "Please, put off your shoes sir". Inexplicable tomate en mi calcetín izquierdo. Dedo gordo blanco y afortunadamente inmaculado sobre fondo negro. Los pajaros cantan, mis cejas se levantan... Bochorno por dentro, pero lo acepto con deportividad y miro a la mujer hindú (dato etnico-sociologico) de seguridad. Sonrio. Ella no. Cruzo deprisa bajo el detector de metales. Al menos mi asomante dedo gordo no pita bajo el arco. Me calzo aliviado. Mi equipaje de mano ha despertado algunas sospechas y me conminan a abrir y mostrar todo el contenido. El hombre de seguridad (caucásico) tiene unas orejas de soplillo superlativas purpureas, casi hipnóticas. No puedo dejar de mirarlas mientras me da instrucciones de como debo abrir y mostrar mis pertenencias. Parece que lo que ha despertados sospechas es el Sanex roll-on de 55 ml. Se lo lleva y lo mete en una máquina. Al cabo de unos segundos, me lo devuelven y dicen que me puedo ir.
Sobre el asunto del tomate, he de decir en mi descargo, que el estado de mis calcetines es algo que cuido bastante porque detesto los calcetines desgastados y los tiro en cuanto dan muestras de sobre-uso. Pero bueno, como dicen los ingleses "Shit happens", o como me gusta a mi "Esas cosas pasan y además, mas se perdió en Cuba y volvieron cantando".

Avión de vuelta. Aterriza por fin. Estoy deseando llegar a casa. Me apresuro a salir. Cruzo los pasillos deprisa mientras busco el ticket del parking. Llego al parking y... horror: no tengo ni la más remota idea de donde he dejado el coche. Existen 5 ó 6 edificios de parking, cada uno con 4 ó 5 plantas, cada planta con capacidad para al menos 100 coches. Eso hace que tenga que revisar varios miles de plazas... piensa zoquete, piensa... vale no era ni el primer edificio, ni el último, y al aparcar subí la rampa más de una vez, pero menos de cuatro. Empieza la búsqueda... en 15 minutos que se me hacen eternos encuentro mi vehículo. Vuelvo a la taquilla, pago. Conduzco. Llego a casa y respiro aliviado. Hasta la próxima guiris.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Oh Dios mio!, ¿soy feliz?

Hace unos días iba en el coche escuchando la radio sin apenas entusiasmo, como dirían los Pistones. Estaba hablando un chavalín de un grupo que acababa de "editar su segundo trabajo" (que cursis son en la radio). Los temas (=canciones) hablaban invariablemente de chicas que no le querían, o le engañaban, o pasaban de él... el pobre vivía un sin-vivir de sufrimiento y abandono reiterado.

La aguda periodista, percatada ella de la desazón que traslucían tan amargas letras, le preguntó al apenado cantamañanas que si el sufrimiento era su fuente de inspiración, a lo que el jilguerillo se apresuró a contestar que efectivamente, que cuando sufres tienes la necesidad de expresar cosas, y por el contrario, cuando estás bien no.

Quedeme por un momento perplejo pensando que llevaba bastante tiempo sin escribir... Oh Dios mio ¿sere feliz acaso por ventura? Acordeme en ese preciso instante de la consabida máxima repetida por los sabios e intelectuales contemporaneos: "Solo los idiotas son felices".

Ni que decir tiene que, atando cabos, pensé "hace tiempo que no se me ocurre nada para escribir.... ¿querrá decir ello que todo me va bien y que por tanto soy feliz y por ende bobo?". Yo soy muy de atar cabos y de preocuparme por bobadas, de manera que inmediatamente ocupé mi mollera en estúpidas disquisiciones que me desazonaron notablemente durante un largo periodo de tiempo (de y cuarto a y media). He de decir que me preocupa especialmente la potencial consideración de mi persona como tonto, no se por qué, si es porque me creo muy listo, o porque siento la irrefrenable necesidad de demostrar empiricamente que no soy bobo del todo. En fin, manias. Cuando estaba a punto de estallar, haciendo un esfuerzo me tomé unos minutos para analizar la situación: "Vamos a ver, con mi mujer bien, aunque discutimos de vez en cuando como todo el mundo. Status matrimonial: NORMAL; los niños muy ricos y muy monos, pero se siguen poniendo malos de vez en cuando y siendo un poco rebeldes a veces. Status paterno-filial: NORMAL; en el trabajo, sin novedades, ni buenas, ni malas; Status laboral: NORMAL; salud, unicamente colesterol que vigilar y achaques propios de la edad (cualquiera que me oiga), es decir, Status: NORMAL... por tanto, con gran alborozo compruebo que NO SOY FELIZ!!!!... y por tanto tampoco idiota... uff!!! que alivio".
Después de este tormentoso razonamiento, se abrieron las nubes de mi entendimiento y los rayos de sol de la razón iluminaron mi sereno espiritu (por qué no un toque Gongoriano a este prosaico escrito), llegando a la conclusión que el idiota era el chavalín cantamañanas y su colección de estúpidos tópicos... además, y si soy feliz ¿que?... al menos yo no me paso el día llorando por petardas que me abandonan... Chaval, espabila, que chicas hay más que botellines, hombre.

viernes, 19 de octubre de 2007

El chándal (I)

Consultando el diccionario de la RAE, oh! fuente inagotable para espiritus sedientos de conocimiento, me encontré con la siguiente definición:

chándal.
1. m. Ropa deportiva que consta de un pantalón y una chaqueta o jersey amplios.

Vale, no es para tirar cohetes, pero lo que me pareció absolutamente demoledor y de hecho me ha sumido en profundas reflexiones es la etimología de la palabra:

(Del fr. chandail, jersey de los vendedores de verdura).

Por qué, Oh Fortuna, el jersey de los vendedores de verdura ha degenerado en una de las prendas más usadas y simbolicas de finales del Siglo XX? A esta reflexión he dedicado mis esfuerzos y mi tiempo de ocio (unos 3 minutos exactos desde el pasado viernes), y estas son las conclusiones:
Si hacemos un poco de historia y admitimos como premisa la etimología de la palabra la prenda evolucionó de los verduleros a los deportistas en un proceso del todo lógico. Al tratarse de una prenda cómoda, es lógico que se dedique a actividades deportivas. Lo que no queda tan claro es como los deportistas copiaron a los verduleros ¿hacían la compra ellos...? Lo considero poco probable.
Sigamos, de los deportistas, la prenda pasó a ser reivindicada por los "break-dancers" ochenteros (que momentos, madre mía). También es de lógica que dicha danza cuasi-atlética, precise de una prenda cómoda.
Lo que ya no está tan claro es el siguiente paso: los raperos, y es que estos tampoco es que se muevan mucho bailando, pero bueno podríamos buscar la explicación en el orígen de este movimiento en las canchas de basket neoyorquinas, pero ¿a que vienen entonces las cadenas de oro de a kilo?
Lo que ya me causa una absoluta perplejidad es como la prenda ha sido asimilada por esa figura tan nuestra como es la maruja. Esa maruja encaramada a unos tacones con su chándal puesto de buena mañana haciendo gestiones por toda la ciudad, eso sí, arreglada pero informal. Entonces se encendió la luz en mi cerebro habitualmente en tinieblas: Dios mio!!! entre las gestiones está hacer la compra, es decir, visita diaria al mercado, y entre los diferentes puestos, el de la verdura... Esta es la pieza que faltaba en el rompecabezas, las marujas, madres de deportistas, hicieron que sus deportivos retoños se chandalizasen y todo lo demás vino rodado...
Pero ¿por qué se fijaron tanto en como iban vestidos los verduleros? ¿que ha estado ocurriendo en las trastiendas de esos puestos de verdura entre pepinos y tomates? ¿por qué iban a la compra todos los días cuando está demostrado que se puede ir una vez cada 15 días? ¿explicaría esto la proverbial mala leche de las verduleras?
Desde estas reflexiones, vivo sumido en un mar de dudas, y no puedo por menos que esquivar la mirada del verdulero y elegir bandejas plastificadas antes de que él me escoja con sus expertas manos las mejores piezas... a saber donde las ha metido antes el muy guarro...

lunes, 8 de octubre de 2007

De los virus (y su prostituta progenitora)

Una semana. Llevo una semana (y lo que te rondaré morena) con un simpático virus instalado en mi prodigiosa anatomia, que me hace estar mermado, doblado, hecho polvo y agotado. Además, desde el viernes por la tarde, como fruto de alguna maniobra inadecuada con un churumbel, el catarrito se ha aderezado con una lumbalgia que me hace andar como el chiquito de la calzada.
Lo peor de todo es que tengo la impresión de que es el mismo virus hijo de la perrilla que abandoné el pasado mayo, y que ha estado de vacaciones cogiengo fuerzas y estudiando mi sistema inmonológico para joderme todo el invierno con alborozo y tesón.
Y es que, cuando no es un catarro, es una gasteroenteritis, o una lumbalgia, un eczema, insomnio, o pillarse los dedos con una puerta.... y cuando no tenemos nada de esto, salimos de cachondeo para tener una hermosa resaca resumen de todos los males anteriores.
Si, lo reconozco, soy un paciente lamentable, un quejica, lo que quieras, pero si llevo una vida cuasi monacal, si me porto mejor que Heidi, si soy bueno y obediente, si me abrigo e intento no andar descalzo... ¿¿¿POR QUE A MI???. Antes fumaba como un carretero, iba con mujeres y me castigaba el hígado con devoción (de hecho atribuía un efecto medicinal indudable al whisky con coca-cola) y no me ponía malo ¿es esto la vejez? Pues estamos apañados...
Por cierto, ¿el fin de semana? Bien (j..ido), gracias.
P.D.: Debo dejar de decir tacos.

miércoles, 3 de octubre de 2007

Chunda, chunda, tachunda, chunda...

Esta es una de las razones más importantes, y también quizá la más estúpida pero que le vamos a hacer, por la que me gusta ser español: por que nuestro himno no tiene letra. Porque cuando, antes de quedar eliminados en cuartos de cualquier mundial de fútbol, miles de mis compatriotas cantan a pleno pulmón la "letra" del himno español sin rubor, con una sonrisa en los labios. Orgullosos de tomarnos a nosotros mismos de coña, de preferir una caña y un pincho de morcilla, a una comida "bio-saludable", de comer más allá de las 3 de la tarde y dormir la siesta a pierna suelta, de hablar a voces en bares, restaurantes y cualquier otro lugar más inadecuado, de tener niños molestos y ruidosos, de reuniones familiares capaces de pasar de los besos a las manos en cuestión de segundos ...
Pues si, así somos. Da igual que se haya nacido en Lepe que en Ferrol, la inmensa mayoría somos así y se nos reconoce donde quiera que vayamos.
Por suerte, o por desgracia, estas actitudes y comportamientos quedan relegados a nuestros momentos de ocio porque cada vez somos más europeos, pero el gen sigue agazapado esperando el momento para hacer algo inapropiado, para escándalo de algún inglés estirado, un serio alemán, o un exquisito francés.
Ahora quieren ponerle letra al himno... uff, que pereza. Indudablemente contendrá un montón de cursiladas incluyendo las palabras obligatorias en este tipo de ocasiones (tierra, patria, hermanos, sangre, dar la vida...), por más que pienso, no lo veo, prefiero el chunda, chunda.

martes, 25 de septiembre de 2007

Esperanzas


Malas noticias. Ayer Miguel fue al alergólogo y el resultado no fue bueno. Sigue manteniendo sus alergias, según parece agravadas y con posibilidad de que sean crónicas.
Inevitablemente, esperabamos esta visita al alergólogo con la esperanza de obtener algo positivo, pero no. La esperanza era completamente infundada, no había nada, ni un pequeño indicio que justificara su existencia, pero la Esperanza es como una mala hierba, crece entre adoquines, brota del asfalto, hasta que llega alguien (un alergólogo, por ejemplo) y la corta de raiz, quedando el esperanzado hecho unos zorros.

Volverá a crecer, y en la próxima visita probablemente nos llevemos otro chasco, pero es la única forma de tener ilusión y no dejar de luchar. Luchar ¿por qué?... pues porque es lo único que tiene sentido en esta vida, y porque Miguel, a pesar de todo está estupendo, fuerte, sano y sobre todo alegre, y eso es lo que importa.
Por cierto, ayer, el susodicho, tuvo a bien el decidirse a andar (ya le vale con 15 meses).

¿Ana? Bien, gracias un poco rebelde, pero será cosa de la edad (esos terribles 3 años). Está intentando dejar de ser un bebé para ser una niña y entender que estamos en este mundo solo "pa' sufrí", lleno de normas y restricciones... otro día hablaremos de este asunto.

Un esperanzado saludo.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Viva la madre que me parió (y mi padre, santo varón)

Estimados todos,

Hoy hace 36 años que la madre que me parió estaba con los dolores propios del momento. Según cuentas las crónicas, eran alrededor de las 07.00 en Villaviciosa de Odón. La susodicha, en la placidez del lecho conyugal, comentó a mi progenitor ciertas molestias cuyo origen podrían ser contracciones de parto.
Don Angel, que para entonces (viernes) estaba un tanto cansado, y por qué no decirlo, mosqueado después de tres falsas alarmas previas, le dijo que sería algo que le había sentado mal de la cena. Hombre... es de entender, y es que la señora no era novata, que el que suscribe es el último de cuatro hermanos, o sea, que experiencia tenía la señora como para dar tres falsas alarmas... sin olvidar que con cada alarma había que, meter a mis tres hermanos en el coche, o colocarlos con algún vecino del callejón de Arroyo y "viajar" a Madrid (entonces era una hora de coche sin tráfico).
Pero la proverbial tenacidad de mi madre y unos cuantos codazos directos a las costillas hicieron posible que mi padre se levantara diligentemente y empezara el baile.
Desconozco exactamente los detalles preparatorios, cuestión esta por investigar con mayor rigor, pero lo que si se es que cuando mi madre fue reconocida por su médico y le dijo que estaba de parto, Doña Encarna anunció su intención de ir a la peluquería antes del parto para "aprovechar el tiempo" (si, somos muy de aprovechar el tiempo en mi familia)... en cuanto el galeno salió de su estupor y recuperó la entereza y confianza en si mismo, alzó la voz y le dijo a la señora que abría la puerta camino de una sesión de moño alto con mucha laca: "Vd. no se mueve de aquí. Señora que está usted de parto, no en la cola de la pescadería..." (las malas lenguas dicen que no fue tanto la taxativa orden de este personaje, sino el hecho de no haber cogido hora en la peluquería, lo que hizo a Doña Encarna desistir de su intención).
Finalmente, al mediodía ví la luz por primera vez, y eso no lo dice nadie, pero lo digo yo que para eso soy el protagonista de esta historia, dado lo oportuno de la hora, pedí unas gafas de sol y una cañita con aceitunas, porque yo, desde entonces nunca he perdonado el aperitivo... lo que pasa es que no me entendieron, lo que provocó en mi persona un llanto desconsolado que solo se mitigó cuando mamá me dió de comer por primera vez. No era rubia cerveza, pero menos da una piedra.
Bueno, pues eso, que muchas gracias a los dos por hacer posible que hoy esté aquí contándolo.
Y colorín colorado, hasta aquí hemos llegado de momento.
Felicidades a todos por estar ahí.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Que follón!!!

Dada mi naturaleza mas bien pasiva, mi carácter taciturno, y mi tendencia a la inacción por pereza y miedo a complicarme la vida, hasta ahora prefería no hacer planes. Las razones que me daba para ello eran de una solidez aplastante, a saber:

- ¿Para qué hacer planes si luego cualquier causa externa te los puede joder y luego te quedas con tres palmos de narices?
- Prefiero no hacer planes porque me siento más libre, sin ataduras ni obligaciones. Suficientes obligaciones contractuales tenemos ya como para adquirir otras obligaciones que nos ciñan, en nuestros momentos de ocio, a estar en un momento determinado en un lugar concreto. En definitiva, prefiero la improvisación a la obligación.

Y con estos principios vivía más feliz que una lombriz viendo pasar la vida desde el sofá de mi vida...

Pero, ay amigo, me casé y no contento con ello tuvimos niños. Al principio, ella era comprensiva con mis planteamientos, si bien hay que decir que ese principio duró unos cinco minutos desde el inicio del mi matrimoño. Luego empezó a exigir aquello tan temido por mi: PLANIFICACION Y ORGANIZACION.
Mi habilidades negociadoras consiguieron llegar a una especie de entendemiento que se alcanzó con un fifty - fifty más o menos honroso (aunque, como suele ocurrir en los matrimoños, en absoluto satisfactorio para las partes).
La rendición incondicional llegó de la mano de los niños. Estos sin argumentación alguna, sin lógica, sin dialectica elaborada me han hecho convencerme a golpe de realidad de la necesidad de "hacer planes", es decir, sacarles de casa con cualquier excusa o pretexto para que vayan con entusiasmo a destrozar un inmueble cuya hipoteca me es completamente ajena, o los tímpanos de otros sufridos mortales.

Vaya esta reflexión dedicada a todas aquellas personas que son (o han sido) mis amigos, familiares y demás gente acreedora de mi ingrato cariño. Si no os he llamado más o no nos hemos visto más, no es porque no os quiera, es solo porque... me parecía un follón terrible...
Que le vamos a hacer, soy así, aunque espero cambiar, o bien que me cambie mi familia (o de carácter, o por otro).

P.D.: Las vacaciones, bien gracias, como resumen puedo decir que no hemos parado.
P.D. (2): Pese a todo lo anteriormente expuesto, me reservo el derecho a que, de vez en cuando, mi naturaleza pasiva se apodere de mi algún sábado aislado y me pueda tocar las narices como antiguamente.

lunes, 13 de agosto de 2007

Rodríguez

Desde el pasado viernes, estoy de Rodríguez. No lo he publicado antes para evitar avalanchas de mujeres en cueros aporreando la puerta de mi domicilio y top-models saturando de mensajes mi teléfono móvil durante el fin de semana.
Pues si, el pasado viernes, mi santa esposa y mis churumbeles pusieron rumbo al litoral y me dejaron sólo en casa.
Estuve dudando entre acompañarles el fin de semana y volverme después, o bien quedarme sólo y aprovechar para descansar. Quería acompañarles porque me hacía ilusión (si, yo también me he impresionado al comprobar que tengo corazón) por ver a los niños sus primeras impresiones en la playa, y por echar una mano (no es coña). Al final se impuso la cordura (según algunas fuentes el morro) y me quedé para descansar, aunque tampoco es que haya descansado mucho, aunque creo que si he aprovechado el tiempo. He visto a amigos, he hecho bricolaje, he visto peliculas, he aprendido a manejar (muy poco) un editor de video, he hecho ejercicio, en fin no he parado.
Quizá parezca que he estado a mis anchas, tranquilo, relajado, libre, feliz... pero no, lo cierto es que echo mucho de menos a mi clan, a pesar de lo que cansan los niños, del trabajo que generan, de no tener ni un minuto para hacer nada, de las divergencias... como diría mi señora , a mi, me compensa.
Menos mal que en dos días, estoy con ellos para poder echar de menos la soledad y el tiempo libre.

miércoles, 11 de julio de 2007

Los fanaticos y los expertos

Dada mi indudable orientación renacentista, mis intereses son muy variados. Me gusta la mucho la música, el cine, el teatro, la cocina, leer, la política y una infinidad de temas que no voy a enumerar porque no es plan y porque esto parecería la sección de contactos de un periodico gratuito (o de pago, no seamos clasistas).
Tan amplio espectro de intereses hacen que necesaria (y afortunadamente) no sea experto en ninguno, ni falta que hace, sinceramente.
A lo largo de mi vida me he topado con muchisimos expertos fanáticos de multiples aficiones: el fútbol, The Beatles, el cine de John Ford,... En algo si he conseguido el grado de experiencia necesario: en como detectar a un experto - fanático (para salir huyendo con la mayor urgencia y brevedad). Pero, ¿como se identifica a uno de estos expertos fanáticos?. Es fácil. Tienen principalmente dos rasgos:

1 Si se observa detenidamente, cualquier experto que se precie se pone tenso como un gato bufando cuando, accidentalmente en una conversación relajada cualquiera, sale a colación de pasada el tema sobre el cual el experto ha volcado sus obsesiones onanistas. Enseguida se enfurruña, pasa de la relajación a un estado de vigilancia de la ortodoxia sobre las opiniones vertidas sobre su tema, y es incapaz de recuperar la relajación hasta que transcurridos unos minutos de su veredicto, nadie se ha atrevido a oponerse a su dictamen.

2 Llegado el caso, el experto se dispone a vertir su opinión sobre su tema, que invariablemente es realmente sorprendente para el resto de sus contertulios no expertos en la materia y curiosamente va en contra del pensamiento mayoritario. Si se le lleva la contraria sobre el particular, su conclusión será siempre "es que no tenéis ni puta idea".

"... después de cenar varios amigos, mientras tomamos una copa tranquilamente se escucha la música de fondo. Suenan los primeros acordes de Honky Tonk Woman...
- Me encanta esta canción, es buenisima.
Semejante tropelia, en opinión el experto, ha sido dicha por Alicia, moza un poco pija y muy superficial (a juicio del experto), a pesar de que 5 minutos antes estaba tirandole los tejos porque está bastante buena.
De repente se oye la voz atronadora del experto en Rolling:
- Esa canción es una puta mierda. Se nota que Richards estaba puesto y que la sacaron solo para hacer caja. Por aquel entonces Watts tenía una gastroenteritis fruto de un viaje por Sudamérica y se nota en la arritmia de los compases del final....

Si el experto es un viejo conocido, habrá alguien que cambie habilmente de conversación, si no, otro contertulio apoyará la tesis de Alicia (que recordemos, está bastante buena), con un argumento tan apabullante como irritante:

- Pues a mi me mola mazo....

...Y ya la tenemos montada, velada a la mierda...

miércoles, 27 de junio de 2007

"Chuches para todos" o como ser un verdadero gurú

El pasado día 16 de junio un personaje imposible, que responde al nombre de Fran, estrenó en el Coliseo de Villaviciosa de Odón su obra "Chuches para todos". Esta obra se llevaba gestando años y es fruto de las hilarantes obsesiones más o menos confesables de su autor.
Empezó, según cuentan las crónicas, en los San Fermines hace unos diez años, cuando una pandilla heterogenea de seres con tasas de alcoholemia importantes, realizaron una espontánea performance en pleno casco viejo pamplonica, con sorprendente éxito de crítica y público (tampoco es que el público fuera muy exigente en aquellos precisos instantes, pero eso es lo de menos).
Yo me reí mucho en la obra, pero claro, no soy muy objetivo, al fin y al cabo, la emoción de ver "la obra de Fran" en un escenario de verdad y el hecho de ver a tus amigos de toda la vida haciendo el ganso en un escenario, hicieron que mi espíritu crítico quedara en casa con los niños y la canguro. No obstante, intentando sobreponerme a la emoción y buscando lo poco que me queda de objetividad, diré que la obra estaba cuando menos "currada", pero no sólo eso, me pareció increiblemente original.
El hecho de que se trate de un musical compuesto con un piano tipo "Trompisón" por alguien con limitadas nociones musicales (también el ínclito Fran), que tenga múltiples decorados, cambios, un ritmo enloquecedor, me parece alucinante.
Pero lo más importante para mi es la capacidad mediatica y embaucadora del autor para llevar a cabo este proyecto. En esos DIEZ años, desde el alcohólico embrión pamplónica hasta el Coliseo, ha pasado de todo: bodas y paternidades de varios interpretes (también del autor), cambios de trabajo, hechos felices y algunos tristes, pero contra viento y marea Fran siempre ha creido en su proyecto y el resultado lo vimos el sábado día 16.
Esa capacidad para creer en si mismo, para embaucar a los intérpretes amateurs, para hacerles olvidar su sentido del ridículo y creer en si mismos me parece absolutamente alucinante.

Dios mio!!! ¿que será lo siguiente que se le ocurra a este hombre? Sea lo que sea, Fran cuenta con mi ayuda si la necesitas. Muchas gracias por regalarnos un buen rato y una gran dosis de ilusión para creer que nuestros sueños se pueden hacer realidad.

Mención especial merecerían los actores, realmente impresionantes todos, pero eso quizá requiera otro comentario aparte.

PD: Lástima de texto (es broma, pero si no lo digo, reviento).

jueves, 7 de junio de 2007

Silencio

Queridos amiguitos,

He decidido voluntariamente daros una pequeña tregua con el fin de que asimiléis correctamente toda la sabiduría que se encierra en este humilde espacio.

No obstante, consciente de mi labor social, he regresado para enseñaros el camino, la verdad y la luz.

Consejos editoriales me han hecho pasar de la bitacora diaria (más o menos, tampoco hay que ser pejiguero), a la semanal (por aquello de ponerme a la altura de publicaciones de prestigio como el Pumbi y otras), y luego aquí estoy en la mensual (no me parece necesario poner ejemplos, y además no recuerdo ninguno en este preciso instante)... pero me parece que voy a iniciar, en el camino de gurú que marca mi carrera, un nuevo "tempo" en las publicaciones: la publicación "al azar", también denominada "cuando tenga un momento", o bien "cuando me salga de los... dedillos".

Una vez realizada esta nota aclaratoria que espero reconduzca del estado de ansiedad en que se encuentran mis lectores y merme el consumo de Lexatin, me dispongo a abriros los ojos sobre lo siguiente: El silencio.

Pero ¿por qué nos incomoda el silencio?. Es ciertamente comprensible que en ciertas situaciones puede ser incómodo, particularmente cuando estás en compañía de alguien con quién no tienes mucha confianza. Recuerdo cuando pasaba aquello de "Me han dicho que Puri está por ti" (hasta ese preciso instante, lo único que sabías de Puri era que era la amiga de super Marta, alias "full equipe")... en esa tesitura era de obligado cumplimiento el estrechamiento de relaciones con Puri, por una razón doble:
1 Posibilidades de arrimamiento.
2 Para que super Marta no se cabreara contigo y dejara de ser una promesa para convertirse en un absoluto imposible.
Bien, pues ahí vas tu. Te acercas a Puri, y haciendo acopio de ingenio le sueltas:
- Hola, ¿que haces?. (silencio)
Ella sonríe, pero no puede evitar pensar "pues aquí gilipuertas, de pie pasmada, llevo una hora echandote miraditas y tu que si quieres arroz...", pero invariablemente contestaba:
- Nada, aquí, ¿y tu?... (silencio)
... "Joder Puri, podías poner las cosas un poco más fáciles, chata", pensabas, y volvías a lanzar otra valiente andanada:
- Pues, ... nada, aquí también... (silencio)
Y milagrosamente, de esa nada surgía una conversación intrascendente y evitable que te llevaba quíen sabe donde.
Y si todo fuera como en las películas: te acercas a la chica, la miras fijamente y la besas en silencio... y ¿que? ahora el silencio no molestaría ¿verdad?
En fin, como dijo un gran sabio, "bendito silencio" (claro que eran las 04:07 am y que el niño acababa de dormirse) ...

viernes, 11 de mayo de 2007

Moderación

Se acercan las elecciones y además en primavera que, ya sabemos, que la sangre altera. Como diría mi madre sabiamente, se juntan el hambre con las ganas de comer.
Basta con acercarse a cualquier foro de política para ver comprobar como la tensión se masca. Fascista y terrorista son dos de los más cándidos epítetos que se dirigen los de una orilla del rio a la otra. Afortunadamente todo queda en el "ciberespacio" (que cursilada), porque si bien las opiniones se vierten destilando una mala leche que ni la caducada del DIA, lo cierto es que peor sería que se lo dijeran a la cara y acabaran a leches (esta frase me ha quedado muy lactea).
Será porque internet convierte a pacíficos ciudadanos en exaltados que animados por el anonimato se dedican a lanzar soflamas incendiarias, o será que la gente tiene que soltar su adrenalina como sea y utiliza el teclado de trinchera.
Me inclino por lo segundo. Seguramente, si se cruzaran anónimos enconados adversarios y mantuvieran una conversación política, serían más moderados, e incluso terminarían tomandose copas y cantando el Asturias patria querida, y abrazados, sosteniendose en pie a duras penas, dirían aquello tan bonito de "... eres un tio putamadre, joder... ESTE TIO ES PUTAMADRE QUE SENTERE TOLMUNDO... camarero, la última profavó..."

viernes, 4 de mayo de 2007

Mal humor / Buen humor

Es sorprendente lo que nos hacen los cambios de humor. Una misma persona, ante una misma situación puede reaccionar de manera radicalmente diferente tan sólo dependiendo de su humor en el momento en que se produce. Parece una ley física, pero no lo es. Todo lo contrario, es algo infinitamente más complejo e inexplicable que un teorema que explique, por ejemplo, el movimiento de las corrientes marinas.
Un lunes frío, el despertador implacable se empeña en devolverte a la realidad a las 07:00 am. Ella no reacciona: "Mirala, como si no fuera con ella". Pones la mano sobre su hombro y lo zarandeas suavemente. Ella solo se da la vuelta y sigue durmiendo: "Será posible..., con que, esas tenemos, eh?...". El zarandeo ya no es tan suave, pero la respuesta es la misma con la única variación de un ceño ligeramente fruncido: "Pero tu que te has creido?". Miras alrededor buscando algo y tu mirada se posa en esa cajita de metal que hay sobre su mesilla. Sonries malévolo sintiendo el frio de la cajita en tu mano y la posas sobre su espalda desnuda. Ella salta como gato y se digna a abrir sus ojos ligeramente.
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El siguiente paso es dramáticamente decisivo y en él influye el maldito humor (bueno o malo) para que ella esboce una sonrisa o te mande a hacer puñetas.
Teniendo en cuenta que nos iría mejor a todos teniendo buen humor, me pregunto de que dependerá el humor, estado de ánimo, para hacernos depender tanto de sus caprichos.
Quizá a algún lumbrera se le ocurre inventar una "pastilla del buen humor" (legal), pero me temo que un permanente buen humor artificial haría perdernos la sal de la vida.
No se, habrá que darle alguna vuelta más a esto.

viernes, 27 de abril de 2007

El tiempo (escaso)

Cuando era un niño (y no tanto) tenía momentos de "aburrimiento". Era una sensación terrible. Recuerdo que, en ocasiones acudía a mi madre o mi padre y con la angustia dibujada en mi cara declaraba desesperadamente:
-"Me aburro ¿que hago?".
Esperaba que me dieran una solución, un plan nuevo y maravilloso, que me descubrieran algo que me entusiasmara... y la respuesta que obtenía solía aportarme más bien poco:
-"Por qué no juegas a algo? o ¿Por qué no pintas un poco?...
"Pues que bien... anda que, te habrá originado dolor de cabeza semejante esfuerzo de imaginación y creatividad". Pensaba yo, y respondía:
- Vale, pero me sigo aburriendo....
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Ahora estoy en la otra parte, es decir, soy yo el padre y sospecho que las respuestas tan "originales" que me daban se debían a que, para un padre-trabajador-con-recursos-economicos-limitados, el aburrimiento no existe. Aburrimiento, en el sentido de disponer de una cantidad de tiempo indefinida para hacer lo que quieras. Por supuesto que te aburres: en el trabajo haciendo lo mismo una y otra vez, en la cola de Mercadona viendo que se te hace tarde para bañar a los niños, viendo la tele y comprobando que sigue siendo lamentable...
Y es que no tenemos tiempo. Nos pasamos el día corriendo como gallinas sin cabeza de un lado a otro siempre con la hora pegada. Hasta en momentos de ocio nos pasa:
- "Date prisa cariño, llegamos tarde a cenar con nuestros amigos" o "Vale, pero uno rapidito, que mañana tengo una reunión con los guiris a primera hora y tengo que estar despierto"...
Incluso tengo un amigo que se lee los libros saltándose parrafos para ahorrar tiempo "total, que más da, si se sigue entendiendo" (por cierto, para mi amigo, sería un detalle por parte del autor que indicara que parrafos son los saltables, en aras a perder el menor tiempo posible).
Es de locos. El otro día en uno de esos abundantes momentos de estrés del día a día me imaginaba a mi yo adulto cogiéndo de la solapa a mi yo infantil y exigiendome que me prestara alguno de esos momentos de aburrimiento sobrantes: "Vamos damelo. Si tu no lo quieres para nada... por fa...".
Pues si: estamos locos.

viernes, 20 de abril de 2007

Inercia

En mi andadura bloguera, estoy leyendo a otra gente y curiosamente, los textos que me llaman la atención tienen autores más jovenes que yo.
Esto me lleva a varias reflexiones (probablemente absurdas y equivocadas, pero no por ello desdeñables), a saber:
- Me estoy haciendo viejo. Bueno, tenía que pasar antes o después, pero lo cierto es que ya ni soy ni pienso como lo hacía con 25 años. No es que piense que estaba equivocado entonces, sino simplemente he ido cambiando con el tiempo. Poco a poco, imperceptiblemente me he ido amoldando a cada circunstancia vital de manera mas o menos exitosa (entiendase por exitosa que no he sucumbido en el intento).
- Leo y sonrio. Aparentemente es una estupidez pero el problema está en el significado de esa sonrisa. Esa sonrisa beatifica significa "se lo que dices, yo ya he pasado por ahí (cuando tenía tu edad), las dudas, los cabreos existenciales, los enamoramientos". Es una sensación paternalista y protectora que me fastidiaba particularmente cuando era joven, es decir me hubiera odiado de haberme conocido. Lo siento, es un impulso irrefrenable el que siento de proteger, aconsejar (que mal rollo, ir por la vida dando consejos), animar... En este aspecto, ruego perdonéis mis consejos al entender que son cosas de la edad. Como dice la inclita SAOIRSE, "eso solo lo puede decir un jefe o un papá"... que previsible soy.
- Siento nostalgia de aquellos tiempos, aquella libertad, aquel romanticismo, las sorpresas, las improvisaciones, aquel "ir a la aventura", las risas, las copas, el tabaco (lo dejé hace un año y pico) y sobre todo aquellas extrañas conversaciones con las que veíamos amanecer después de una noche de "mucha sed".
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Me releo y pienso que soy un triste, pero no. Lo cierto es que no me importa haber cambiado, y de hecho me alegro de haberlo hecho, porque supongo que es cierto aquello que me dijo alguien mayor que yo "cada cosa a su tiempo". Me he dejado llevar, y la inercia me ha traido naturalmente hasta aquí, y bueno, este lugar no está tan mal después de todo.

lunes, 16 de abril de 2007

Aterrizando

Buenos días,

Tras la resaca y la ansiedad del inicio, con el ánimo más calmado, los pies en la tierra y la muda limpia, me dispongo a seguir con lo que queda de mi vida rutinaria antes de me llamen del Grupo Planeta o similar emporio editorial que me otorgue la vida de ociosidad y opulencia que merece mi talento.
Voy a aprovechar los escasos momentos de intimidad que me quedan para disfrutar de los pequeños placeres de la vida: salir a la calle sin ser reconocido o tomar una caña en un bar sin pedirme que dedique mi último libro.
No me quiero extender, no por falta de ideas que me sobran, sino porque, porque, porque... no quiero extenderme (los divos somos así, no necisitamos justificar nuestras sorprendentes decisiones).
Llegados a este punto, me veo en la obligación de despedirme porque veo a mis fans demasiado excitados y considero que deben practicar la moderación y la templanza.

En breve más.

P.D.: Agradecería que mi/s lector/es me explicara/n que es eso de las etiquetas y cual es su finalidad.
P.D.2: Mis fans mas avezados (hasta la fecha, yo) se habrán dado cuenta que he pasado mi primera crisis "del folio en blanco" de manera airosa.

viernes, 13 de abril de 2007

Al final me he animado

Con su permiso voy a hacer un poco de historia personal de sobre la evolución de mi pensamiento:
Al principio, de acuerdo con mi carácter tímido de erizo a la defensiva, pensé que tener un blog era cosa de presuntuosos: "hay que ver, gente que se cree tan inteligente que piensa que sus reflexiones merecen ser leídas por cualquiera". A esta etapa, siguió una larga, larguísima etapa de alevosa ignorancia de cualquier cosa relacionada con un blog. Pero, recientemente he empezado a ser infiel a mi mismo, sorprendiendome en la lectura de algunos blogueros (se llaman así no). La primera vez, me reprendí severamente, y me di un manotazo en cada mano autoconvenciendome que aquello era malo, un instrumento del diablo.
Pero como la carne el débil, volví a hacerlo...
Fueron momentos de desasosiego y confusión, insomnio y zozobra debatiéndome entre el estoicismo anti-blog y el pecado. Luché, lo intenté todo para no caer en la tentación, pero una y otra vez me sorprendía (lo cierto es que a fuerza de sorprenderme una y otra vez ya no era ninguna sorpresa, sinceramente) y los pensamientos impuros devoraban mi cabeza.
Me regodeaba pensando VANIDOSAMENTE: "mira ese tiene xxxx lectores que le adulan, le siguen y yo escribo mejor que ese".... TATE!!! ahí está la Madre del Cordero: va a ser que la HUMANIDAD me necesita, necesita leerme, conocerme, seguirme, encumbrarme, forrarme y retirarme (observese que tanto -me denota cierta pasividad de mi persona -nota para mi psicoanalista-).
Bueno, pues aquí estoy, dispuesto a ser vuestro gurú y futuro premio Pulitzer como tantas veces me ha reclamado mi publico (bueno, al menos dos veces).
Eso si, siempre con mucho respeto y con su permiso, porque como diría un admirado personaje de ficción al que admiro: Respeto y educación ante todo.