jueves, 15 de junio de 2023

Mi lucha contra el cambio climático

Como no podía ser de otra forma, en este aspecto soy escéptico. No del fenómeno en sí (¡Dios me libre!). Siendo de letras, me tengo que plegar a lo que asegura la mayoría de la Comunidad Científica; pero sí me genera suspicacia el abordaje de lo que me parece mollar en esta cuestión, que son las soluciones, o las propuestas para la "lucha" contra el cambio climático.

Todos los políticos ponen énfasis en lo presente que lo tienen en sus programas y los medios insisten en la importancia del asunto y lo catastrófico que supone dar la espalda al problema. 

Ya, pero ¿y las soluciones?

De momento, lo que nos dicen es que hay que reducir el uso del coche, si éste es contaminante, es decir, si tienes un gasolina, y no digamos un diesel, ¡eres un elemento a eliminar por negacionanista!

- Oiga, es que no tengo dinero para comprarme un coche híbrido. 

- ¡Facha, más que facha!

Tengo la "suerte" de poder probar coches, y ¡Oh sorpresa!: de los últimos 10 coches híbridos que he probado, el 100% consume más litros de combustible fósil que mi diésel que tiene 17 años. 

- Oye, si una de las premisas para "luchar" contra el cambio climático, es no consumir,  no me digas que no comprar un coche nuevo durante tanto tiempo, y mantener el mío en perfecto estado de revista, no me da "puntos climáticos". 

- Está usted frivolizando: ¡Negacionista - facha!

 Vale, vale, me compro un coche nuevo sostenible de oferta...

Pasemos a otra cuestión. porque claro, ésta de la movilidad, incluyendo viajes en avión, la veo que no está a mi alcance. 

Otra solución que se propone es el DECRECENTISMO, y oye, yo aquí estoy muy a favor. Cada día me exprimen más en el trabajo: haz más en menos tiempo y no pidas recursos extra, porque además requieren más energía, y más desplazamientos, y más consumo. Vale y ¿cómo lo hago? Pues no hay otra que simplificando procesos. Hay que hacer las cosas más fáciles, más digitales, más rápidas. Lo hacemos con bots y con IA y asunto arreglado. Súper rápido y limpio. 

- Sí, pero ¿y la calidad? ¿y el trato personalizado?

- Mire usted es que todo no se puede... ya, facha ¿no?

Bueno, entonces me queda el QUIETISMO. Oye, que bien mirado, a mí que ya voy más para el pijama de madera que para el look de lentejuelas, ni tan mal. Pues nada, así me quedo: sin viajar, sin consumir y sin ganas más que de morirme para reducir mi huella climática. 

Cómo decían Los Ronaldos ¡Ahí os quedáis!.