domingo, 19 de noviembre de 2017

Galimatías

Después de mi última entrada triunfal sobre el éxito de Trump, vuelvo a la carga analizando chapucera y atropelladamente la actualidad.
¿Y de qué vamos a habla hoy amiguitos?
Siii, por supuesto, del monotema: Catalunya!. Lo escribo en catalá para mostrar equidistancia, en un despliegue de cinismo que tan sólo el lector de alto nivel intelectual sabrá valorar. El resto (la mayoría) se mosqueará, por el cinismo, o la equidistancia. En fin, no se hizo la miel para la boca del asno.
Bueno, bueno, pues hemos llegado hasta aquí sin despeinarnos. Parece mentira. En cualquier otro país esto sería absolutamente trágico, pero Spain is different.
Al fin y al cabo, somos un país, o una cultura con un sentido de la teatralidad y la tragedia tremendamente marcado. Nos encantan los gestos, los símbolos y los aspavientos.
Ambas partes intentan manejar las emociones de su público con efectividad:
Unos:
- ¡Solo queremos que el pueblo hable!
Otros:
- ¡No hay Democracia sin Estado de Derecho!
Los primeros:
- ¡Pero no podemos aceptar las leyes que vayan contra la Voluntad Popular!
y los otros:
- ¡A vosotros os da igual el Pueblo. Solo os interesan los vuestros. Estáis destrozando familias!
y así ¡Hasta el Infinito y Más Allá!
Nos gusta, nos encanta. Nos podemos tirar así la vida.
De hecho, si en las próximas elecciones del día 21, que los "españolistas" miran con miedo, y los "indepes", con esperanza; si el resultado es favorable a estos últimos NO PASARÁ NADA. Exactamente lo mismo que sucederá si ganan los segundos. Volveremos a estar en la casilla de salida. Si ganan los primeros, volverán a la matraca. No al día siguiente, pero si el año que viene, o al siguiente. Y lo mismo si ganan los segundos, porque en ningún caso serán capaces de formar Gobierno.
Si se analiza un poco el espectro ideológico de las partes, se puede ver que NADA tiene sentido.
Tenemos a un partido LIBERAL catalán, aliado con uno de IZQUIERDA con el consentimiento de uno de corte LIBERTARIO. Por la otra parte, tenemos un partido LIBERAL CONSERVADOR, otro LIBERAL POPULISTA, y un tercero de IZQUIERDA.
Prescindiendo de emociones, que en Política no van a llevar a ninguna posición razonable, tenemos que los liberales quieren que el comercio fluya y nada afecte a los negocios; que los izquierdistas creen en la lucha de clases, que es trasversal a la configuración de los estados, y por tanto, deben ser internacionalistas; y por último, los libertarios sencillamente no quieren ningún Estado ni poder, por lo que no tiene sentido que quieran crear uno. En fin, lo dicho, un galimatías de tres pares de ...
Esto, en otro sitio, no pasaría. Otros pactarían "la factura" de la separación. Todo se limitaría a un mero apunte contable. En otras culturas habría represión, sangre y muertos en las calles efectivamente.
Afortunadamente, ninguno de ambos escenarios no se van a dar.
Seguiremos así hasta que las ranas críen pelo y España seguirá siendo different.