jueves, 20 de octubre de 2016

Va a ganar Trump

Eso creo.
Por mucho que les duela a los tertulianos.
Por mucho que no lo entendamos.
Por mucho que analicemos y disertemos sobre lo lamentable de la actitud y las propuestas del candidato indeseado.
Al fin y al cabo, es lo que tiene el populismo: a la gente le gusta, pero como está mal visto, se oculta la intención de voto real en las encuestas. Es el precio que hay que pagar por establecer con tanta claridad lo que es bueno y lo que es malo desde el minarete de nuestra superioridad moral.
Por otra parte, una vez más, creo que no se va a hundir el mundo si gana.
Tampoco entiendo por qué nos alarma tanto sus propuestas: proteccionismo, abandono de política de seguridad exterior (con la de veces que se ha demandado esto en determinados medios), algunas otras medidas un tanto extravagantes, ...pero poca cosa.
El mundo se reorganizará, se pondrán aranceles a los productos americanos, ellos a los nuestros, se buscarán otros mercados, y al cabo de un tiempo se volverá a la cordura.
Por cierto, si lleva a cabo esto, acabará de un plumazo con el Tratado de Libre Comercio que tanto nos escandaliza, que bien! ¿no?
Pues eso, que no es para tanto. Lo superaremos.

jueves, 11 de agosto de 2016

Acuerdo

Soy prudente. A veces demasiado.
Lo malo de los prudentes es que solemos ser introvertidos, y la combinación de ambas características tiene su peligro. No molestamos, no incordiamos. Nos mordemos la lengua en bastantes ocasiones.
A menudo, cuando los otros, los extrovertidos, los que no se cortan un pelo, están pontificando sobre lo divino y lo humano, nos gustaría intervenir... perno nunca vemos el momento. Y así, el vaso de la frustración se va llenando. Gotita a gotita, hasta rebosar. Y cuando se desborda, la marea de ideas y argumentos que hemos acumulado, tropieza con nuestra la falta de costumbre para expresarnos, de manera que más allá de las ideas expresamos, precisamente eso, frustración y rabia. Así que, llegamos a la conclusión de que es mejor permanecer callados, acumulando gotas en nuestro vaso de la paciencia, y así hasta el fin de los días.
Tras mucho tiempo observándome, estoy en proceso de cambio. Pero no es fácil.
Es mucho más gratificante escribir. Escribir aquí, pensando con calma. Con la oportunidad de borrar porque, que importante poder borrar y auto-editarse!!!.
Estoy cansado de ideales y principios inamovibles. De tradiciones absurdas. La humanidad ha avanzado en gran medida derribando muros que se hicieron para quedarse eternamente. Los imperios, las religiones, las ideas, los personajes que se re-interpretan, que evolucionan y cambian, o ajustan sus principios a las nuevas realidades.
También cambia la política. Tenemos conservadores defendiendo a los gays y progresistas de misa diaria.
Eso está bien. Salirse del cliché y reivindicar que las personas no somos de manual me parece algo positivo.
Nos queda aprender que llegar a un acuerdo con el adversario no supone una vergüenza por bajarse los pantalones, sino una victoria por sacar algo positivo de una situación de bloqueo.
Negociando se consiguen cosas.
Hay esperanza al fin y al cabo.

viernes, 24 de junio de 2016

Sin miedo

Que los ingleses se van de la UE!
Que vienen los comunistas!
Que los catalanes se independizan de España!
Que sube el litro de Don Simón!

Son cuestiones todas ellas altamente preocupantes, o no, según se mire.

Sin embargo, creo firmemente que todo ello se puede superar y no me preocupa especialmente ninguna de ellas.
No creo que Europa se vaya a derrumbar porque unos tíos, que ya estaban bastante apartados, se aparten un poco más. No entraron en el Euro y se pasan las decisiones del parlamento europeo por el arco del triunfo, luego ¿qué importa que no estén formalmente en algo de lo que hace tiempo no participan?
Lo mismo pienso con respecto a Cataluña. Ya desde que estaba Pujol, y éste era honorable, consideraba que era una rémora construir un proyecto nacional con quién únicamente está interesado en sus propios asuntos, considerando al resto como atrasados y prescindibles.
Me considero profundamente liberal, en el sentido más amplio del término, y por tanto no me da ningún miedo que libremente decidan si quieren o no quieren ser parte de España. De la misma forma que no me importarían aceptarlos de nuevo si, una vez separados se quisieran volver a juntar, aunque eso si, tendríamos que votarlo todos los demás.
Para mi ser español es un orgullo y un honor, y desde luego, no quiero españoles renegados, ni españoles forzados, ni quiero conceder el honor de ser español a quién no lo sienta con orgullo y determinación.
¿Y qué hacemos con los comunistas? Pues nada, evidentemente.
Dice el refrán que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Es fantástico prometer la luna y convencer a la peña que eres el Mesías, pero ah!, vendrá la realidad y te pondrá en su sitio.
Aparte de liberal, tengo un gran respeto por las matemáticas, y en este caso, las cuentas no me salen. Para hacer lo que dicen hace falta financiación y ¿de donde va a salir?. Pues eso, que no me creo todo lo que oigo. Miren ustedes a Grecia, a Madrid, o Barcelona. No se han derrumbado. Lo del Partenón ya estaba roto cuando llegaron ellos.

Al fin y al cabo, de todos estos trascendentes y apocalípticos cambios, si al final salen tan mal como dicen, al menos servirán para que aprendamos algo.

En definitiva, tomen ustedes decisiones sin miedo que la vida son dos días.

Lo que ya no veo tan claro es lo del litro de Don Simón.

Un abrazo.