Últimamente, cuando me pongo a los mandos de este rincón olvidado por las musas de la literatura, me empeño en intentar salvar al Mundo. Con mi falta de criterio, mi volubilidad y mis carencias, intento aportar reflexiones que hagan abrir los ojos a la Humanidad.
Lamentable, francamente lamentable. De hecho, si mi yo punk me observara, me enseñaría el dedo corazón de ambas manos sin dudarlo.
¿Pero qué te has creído Profundito? ¿Acaso eres tú el más listo de tu casa?
Entonces mi yo superior, ese que calla y sonríe con sabiduría sabiéndose poseedor de la Verdad ante la ignorancia de la gente, se quedaría petrificado cual conejo a medianoche en carretera alumbrada por un par de faros cegadores, para recibir la merecida y correspondiente bofetada de realidad.
De todas formas, aún reconociendo mis inagotables errores, mi yo contumaz confía en que, tarde o temprano vuelva a tener un brote de redentorismo para dar la matraca con las más diversas soluciones simples a problemas complejos que las más altas instituciones mundiales no logran vislumbrar, pero yo veo con claridad pasmosa.
Bueno majos, pues eso, mi yo distante os envía un saludo cordial mientras pienso en qué habrá para comer hoy.
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