Nos estamos tomando demasiado en serio.
Que si somos la octava potencia del mundo, que si tenemos la mejor generación de deportistas de todos los tiempos, que si somos un gran país, que si aquí se vive mejor, que si nuestra diversidad geográfica, nuestro clima, nuestra gastronomía...
Que si, que todo eso está muy bien, y no seré yo quién se avergüence de ser español, pero debemos de dejar de mirarnos el ombligo. A veces, metemos la pata, o simplemente no ganamos, o nos pitan mal, o nos juzgan injustamente. Es la vida amigo.
Tiene narices que nos den una lección los campeones del mundo del chauvinismo.
Parece mentira que llevemos toda la vida sin comernos un colín, y ahora que nos lo comemos de vez en cuando, nos mosqueemos porque unos muñequitos hacen una bobada.
Anda que...
Señores, ante la "afrenta", menos declaraciones despechadas y tiremos de refranero, que el que se pica, ajos come.
Mucho mejor arrieritos somos y en la Eurocopa (o en Roland Garros, o el Tour, o donde queráis) nos encontraremos.
Nosotros a lo nuestro.
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