jueves, 16 de octubre de 2008

La confianza

Dicen los entendidos, esos que dicen blanco el lunes y negro el martes, que la crisis que nos afecta es por la perdida de la confianza.
Bien, si esto es cierto, estamos "pero bien chingados".
Conocido es el aserto que dice que la confianza se gana con esfuerzo día a día y se puede perder en un segundo, de manera que todo lo trabajado durante años, se va al garete por la falta de claridad, por las suspicacias o los malos entendidos.
Me viene a la memoria la caída del muro de Berlín en el 89, evento que fue aprovechado por la totalidad del pensamiento liberal-conservador para evidenciar que el comunismo había sido un error histórico.
Ahora, el pensamiento social-demócrata sobreviviente y reconformado tras la caída del muro, aprovecha el momento para reclamar los fallos del sistema capitalista...
Y es que, que bien se lo pasan!!! unos y otros manejando argumentos desde el convencimiento de su ideología para tocar las narices del contrario.
Sin embargo, aquellos que no estamos convencidos de nada, que simplemente tenemos unos principios más o menos vagos que se reducen basicamente a "vive y dejar vivir", quedamos hastiados viendo la batallita de declaraciones y artículos, más o menos brillantes, sobre el particular.
Yo creo que por una vez tienen razón: la confianza se ha perdido, al menos eso es lo que experimento en mis carnes. Tendría que ir a la Oficina de Objetos Perdidos a ver si hay suerte, pero algo me dice que no, que se vive mejor así siendo desconfiado y egoista.
La sensación de que nada es gratuito, que las promesas populistas tienen un trasfondo oculto, o un beneficio no declarado para determinado grupo de presión, es cada vez más evidente. Así que cada uno "a su bola" (que expresión más vulgar).
Menos mal que en el fondo oigo la vocecilla de mi conciencia que, aunque débil y ahogada, me repite que no, que con la desconfianza y el egoismo no se puede vivir a la larga, o al menos no se puede vivir tranquilamente, que casualmente es como a mi me gusta vivir.
Bueno, ya veremos si, cuando se me pase el cabreo político-institucional que tengo, recupero algo de confianza. Eso, ya veremos.

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