En mi insistente búsqueda del martirio personal, me he puesto a ojear la prensa patria esta mañana, pero tras revisar ABC, El País y Público, mis fuerzas no han dado para más. Tengo poco aguante. Quizá cada vez menos.
Bueno, al lío, me ha llamado la atención la atención que dedica el diario Público a la cuestión ecologista - climático - energética con varios artículos dedicados al asunto.
Se hacen eco los publicanos de la última Cubre del Clima. Se celebra en un país tan comprometido con la democracia como Egipto, donde todo es paz, armonía y libertad de expresión. Que digo yo, que habrán elegido el lugar para cumplir con algún tipo de cuota de esas que se imponen ahora. Según parece los países que más sufren el cambio climático van a pedir rendición de cuentas para compensar sus problemas climáticos. No especifican a quién, y aunque España está teóricamente entre las zonas más afectadas, seguro que nos toca estar otra vez entre los paganinis.
Luego hablan de lo fantástico que es el coche con pila de hidrógeno. No sé pero a mí me han convencido. A pesar de que es una inversión para la que hay que rascase el bolsillo, parece que es la panacea de la movilidad sostenible. Lastima que al entrar un poco más a fondo en el artículo parece que no voy a poder subirme al carro, porque ya no sólo es la pasta que cuesta el juguete (entre 70 y 76.000 €), sino que también conlleva mudarse a una de las tres provincias españolas que cuentan con estación pública de suministro de Hidrógeno verde (Ciudad Real, Albacete y Huesca). Mucho cambio e inversión va a ser para mis posibilidades.
También se preguntan por qué no despegan las energías renovables y analizan una serie de factores que dificultan su expansión y la inversión, aunque no está del todo claro teniendo en cuenta que todo son ventajas y lo importante que es el asunto para reducir las emisiones y la dependencia de terceros países. Claro que si seguimos leyendo más artículos del comprometido diario, quizá podamos encontrar alguna respuesta al anterior interrogante en la oposición de los ecologistas gallegos a la instalación de un mega-parque Eólico en una zona protegida de Ourense. Oye, que sus razones tienen, pero que vamos, ayudar no ayudan a la transición verde esa que con tanta ansia esperamos. Es muy gracioso como exponen sus motivos:
- "cerca del 40% de su superficie ocuparía humedales catalogados", es decir, no es que ocupen el 40% del humedal catalogado, sino que, de la superficie de la propia instalación, el 40% ocuparía un humedal catalogado, aunque no informan de qué impacto tiene esta okupación (esta es mala) sobre dicho humedal más allá de la superficie del mismo (escasa) que ocuparía.
- "alerta del impacto visual de los megamolinos, que afectarían a entre el 96% y el 99% del Área de Especial Interés Paisajístico". Debe ser muy traumático (para alguien extremadamente sensible, entro los que no me encuentro) ver los megamolinos (adviértase que cuando se habla de ecología, si una palabra lleva mega o giga delante, es mal). Lo que no entiendo es por qué no dicen el 100% porque si se instalan los va a ver toda la peña dotada de apéndices visuales.
En fín Pilarín, que como siempre, sí, pero no.
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