miércoles, 8 de agosto de 2018

Autoengaño

Estamos de acuerdo en que la mentira y el engaño son actividades peligrosas y censurables.
Censurable porque es una forma de obtener beneficios de manera tramposa y peligrosa porque, como suele suceder, cuando te pescan, es difícil no salir escaldado.
Lo peor del asunto, es que se suele mentir a quién se estima o aprecia. Si no es así, no es una mentira, sino una simple broma o juego, más o menos estúpido, que no tiene mayores consecuencias.
Como decía, la parte más negativa del engaño es que éste se ejerce sobre quién ha depositado su confianza en el mentiroso, de manera que, cuando se descubre el pastel, el engañado es posible que  se sienta traicionado y un tanto molesto.
A lo que iba, malo es engañar a un cliente, pero mucho peor es hacerlo a un amigo, a una pareja, a una madre, o a un hijo.
Ahora bien, lo que ya no tiene perdón de Dios, es practicarlo con uno mismo.
Llegados a este punto y confirmando una vez más que, como persona dejo bastante que desear, he de confesar que yo, lo hago. Mucho. Todo el rato:

- Voy a escribir a diario.
- Voy a llamar a un colega para quedar.
- Voy a ser más extrovertido.
- Hoy voy a ser positivo y no cabrearme ante la primera adversidad.
- Lucharé contra la Injusticia y la Desigualdad.
- Diré lo que pienso abiertamente.
- A partir de ahora seré siempre sincero...

En fin, un no parar.

Por cierto, mañana otro post

Saludos.


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