Hoy voy a hacer un doble salto mortal hacia atrás con los ojos vendados. Voy a abandonar mi prudencia y me voy a mojar hasta quedarme con los deditos arrugaos cual garbanzos antes de ir a la olla. Dada mi incipiente y preocupante similitud con Rapel al convertirme en un barrigón, calvo con melena (que son feos y dan pena - Mortadelo dixit -), voy a ponerme la túnica (lo que me faltaba) y voy a lanzar mis predicciones a los cuatro vientos cibernéticos sobre lo más candente de la actualidad. Y dice así:
- Mariano Rajoy: emprenderá su camino hacia el centro sosegado. También, en contra de su voluntad, se verá obligado a mojarse y tendrá que elegir entre los clanes, pero como está un poco hasta las ingles de los barones del partido, escogerá gente nueva, de manera que ni Aguirre, ni Gallardón. Si le tocan las alforjas se irá a su casa y el PP se convertirá en un circo romano y perderá de nuevo las elecciones.
- José Luis Rodríguez (ZP, no el Puma): El hombre más féliz que una perdiz, tendrá un inicio de legislatura plácido. El, una vez convertido en "el lider" indiscutible, hará y deshará a su antojo. Como prueba de su magnanimidad, ha elegido a Alonso para "tender una mano a la oposición". Todo será fácil e irá sobre ruedas... hasta al menos dentro de un año, cuando los alagos y caricias se tornen en críticas y exigencia de resultados. Los oráculos me indican que su falta de concreción ideológica y su voluntarismo no serán suficientes para salvar los problemas que ya están aquí y caerá en la próxima cita electoral... siempre y cuando Mariano & Co hayan hecho los deberes correctamente.
- Los nacionalistas, seguirán dando bandazos al son de como les situen las encuestas... vale, esto no es una predicción, sólo una constatación.
- El Real Madrid, tomará su propia medicina y se quedará al final de la Liga con tres palmos de narices, como le pasó al Barça el año pasado.
- Fernando Alonso, tampoco se comerá un colín tras las mejoras del coche en el Circuito de Cataluña.
- La Selección española tampoco se comerá un colín, pero como novedad esta vez caerá en semifinales y quedará cuarta.
- Las temperaturas irán en ascenso llegando a su punto álgido durante el verano, para iniciar un moderado descenso en otoño. El Cambio Climático, seguirá siendo un negocio.
- La combinacion ganadora de la Loteria Primitiva del próximo jueves coincidirá con los números impresos en el boleto que guardo en mi bolsillo.
- Mi familia seguirá siendo lo que más quiero del mundo mundial.
En fin, creo que no queda nada más importante, pero en cualquier caso si tenéis cualquier duda, no tengáis reparo en preguntarme (si hay suficientes consultas, abriré una línea telefónica para sacaros los cuartos).
Queden ustedes con Dios y/o con algún amigo para tomar cañas.
martes, 25 de marzo de 2008
viernes, 14 de marzo de 2008
Suspenso en Marketing
Quién me conoce, sabe que no me gusta llamar la atención. Prefiero la discreción y pasar desapercibido que hacerme notar. ¿Por qué? Pues no lo se, supongo que es mi naturaleza, como le dijo el escorpión a la rana clavándole su aguijón mientras cruzaba el río sobre su lomo.
No es una actitud consciente, es una forma de ser. De hecho, cuando intento conscientemente "venderme" tengo la sensación de estar haciendo un ridículo espantoso, dando una imagen
de suficiencia que siempre he detestado al observarla en otras personas.
Esta cualidad me ha reportado algunas incomodidades a lo largo de mi vida. Cuando estaba en el "mercao" (hace muchos, muchos años, en un país muy cercano) tenía cierta dificultad para ligar, lo que entonces era bastante incómodo. Era ciertamente lógico: una conversación inexistente, un aspecto normalito (claro, esto según gustos), y una incapacidad innata para quedarme observando en un ricón antes que lanzarme a la pista de baile... Pero tanta observación me hizo superar la situación al extraer algunas conclusiones:
- Sorprendentemente, yo también tenía mi público.
- Y sobre todo porque apliqué una de las máximas que, desde entonces ha marcado mi vida: "Mas ser perdió en Cuba y volvieron cantando", o "De perdidos al río".
Esa revelación hizo que, alrededor de los 25 (más vale tarde que nunca), cambiara mi actitud, y es que, cuando salía de noche, la luna llena me transformaba en un ser sin complejos que entraba a cualquier desconocida cosechando algunos éxitos memorables, si bien tan efímeros como un paquete de Fortuna un sábado por la noche, pero "que nos quiten lo bailao". Eran amistades de barra que nunca pasaban a mayores (afortunadamente), conversaciones divertidas, gente curiosa, risas... en fin, historias del abuelo cebolleta.
Ahora no es tiempo de ligar (Dios y mi santa esposa me libren), pero desde hace un tiempo noto que mi falta de habilidades comerciales me ha dejado estancado profesionalmente. Los números dicen que he conseguido cosas importantes, aunque parece que solo yo soy consciete de ello. Supongo que ha llegado el momento de observar y extraer conclusiones como aquellas gloriosas de los 25 añitos.
No es una actitud consciente, es una forma de ser. De hecho, cuando intento conscientemente "venderme" tengo la sensación de estar haciendo un ridículo espantoso, dando una imagen
de suficiencia que siempre he detestado al observarla en otras personas.
Esta cualidad me ha reportado algunas incomodidades a lo largo de mi vida. Cuando estaba en el "mercao" (hace muchos, muchos años, en un país muy cercano) tenía cierta dificultad para ligar, lo que entonces era bastante incómodo. Era ciertamente lógico: una conversación inexistente, un aspecto normalito (claro, esto según gustos), y una incapacidad innata para quedarme observando en un ricón antes que lanzarme a la pista de baile... Pero tanta observación me hizo superar la situación al extraer algunas conclusiones:
- Sorprendentemente, yo también tenía mi público.
- Y sobre todo porque apliqué una de las máximas que, desde entonces ha marcado mi vida: "Mas ser perdió en Cuba y volvieron cantando", o "De perdidos al río".
Esa revelación hizo que, alrededor de los 25 (más vale tarde que nunca), cambiara mi actitud, y es que, cuando salía de noche, la luna llena me transformaba en un ser sin complejos que entraba a cualquier desconocida cosechando algunos éxitos memorables, si bien tan efímeros como un paquete de Fortuna un sábado por la noche, pero "que nos quiten lo bailao". Eran amistades de barra que nunca pasaban a mayores (afortunadamente), conversaciones divertidas, gente curiosa, risas... en fin, historias del abuelo cebolleta.
Ahora no es tiempo de ligar (Dios y mi santa esposa me libren), pero desde hace un tiempo noto que mi falta de habilidades comerciales me ha dejado estancado profesionalmente. Los números dicen que he conseguido cosas importantes, aunque parece que solo yo soy consciete de ello. Supongo que ha llegado el momento de observar y extraer conclusiones como aquellas gloriosas de los 25 añitos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)