lunes, 7 de mayo de 2018

Vida y destino (Vasili Grossman)

Lo que más me ha impresionado:

En un momento dado, en mitad de la guerra en el Frente Oriental, una madre, por lo general reservada, se sincera con su hija y le habla de lo que ha sentido tras el abandono de su marido. La oyente dice "me asombraba de que el mundo del alma humana fuera tan grade , hasta el punto de que ante él retrocedía incluso el rugido de la guerra".

Otra, por lo que me resulta de familiar es "Había personas en cuya presencia le resultaba incluso difícil pronunciar palabra alguna , la lengua se le volvía de madera, el diálogo adquiría tintes absurdos e incoloros, como entre sordomudos. Habría otras personas en cuya presencia cualquier palabra sincera sonaba falsa. Y había personas, viejos conocidos, en cuya presencia percibía su soledad de particular modo".

Algo sobre la autoridad y el mando "El general Gudz tenía la autoridad propia del rango, pero era indeciso, cobarde y, a todas luces, tenía poca instrucción; era válido cuando a su lado había un segundo inteligente, un Estado Mayor; siempre esperaba que el resto de los oficiales le prestaran sus servicios y le ofrecieran comida, y  aceptaba dichos servicios como si se los debieran".

Otro arquetipo que me resulta familiar, demasiado cercano: "era inteligente, pero en él había cierto relajamiento. No se le escapaba el menor detalle, pero miraba con ojos cansados... Indiferente, no le gustaban las personas, pero les perdonaba sus debilidades y cobardías".

Premonitorio lo que le dice un nazi a un soviético: "Créame, quién ahora nos mira con horror a nosotros, también les mirará con horror a ustedes".

Una cita tremendamente reveladora: "El antisemitismo es la medida de la mediocridad humana. Los Estados buscan la explicación de sus fracasos e las artimañas del judaísmo internacional (...) es la expresión de la falta de cultura en las masas populares, incapaces de analizar las verdaderas causas de su pobreza y sufrimiento".

Sobre el comunismo y la manipulación de sus propios ideales para protegerlo de enemigos reales o imaginarios: "Decenas de personas que habían fundado junto a Lenin el partido bolchevique fueron declarados provocateurs, agentes a sueldo de los servicios de inteligencia extranjeros".

Paranoia del eminente científico al que todos dan de lado por haberse apartado de las tesis ortodoxas del Partido, por el mero hecho de opinar con cierto grado de libertad sobre cuestiones que le parecen injustas: "aquellos que están equivocados, que ofenden a los demás, saben comportarse. Actúan de manera lógica, tranquila, con tacto, y parecen tener siempre razón". Esta es una de las partes más desazonadoras del libro, en la que no hay muertes, ni violencia, sino simplemente opresión y soledad.

Política y Poder: "Te tendrán aquí, sin dejarte dormir durante tres días, y después comenzarán a pegarte. Na de esto se parece mucho al socialismo ¿no? ¿por qué mi Partido quiere aniquilarme? Somos nosotros los que hemos hecho la revolución".

Una idea aterradora por lo que quizá tiene de cierta: "El mundo está dominado por hombres de escasas luces convencidos firmemente de su razón". No hay nada más peligroso que un convencido.

Y para terminar: "Leía despacio, las palabras se metían a presión en su cerebro, pero no calaban, como la arena en una manzana".

 En definitiva, creo que es un libro imprescindible, aunque hay que tener cierta predisposición para hacerse con él.


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