"Fiel" a mi cita con la actualidad, este es mi análisis (barato) del asunto griego.
Pues si, creo que es lo mejor que podía pasar.
Si lo dejo así, quedaría claro, pero seguro que algún tiquismiquis me acusa de ser superficial.
Me explico. No me sorprende en absoluto que la mayoría de los griegos quiera un gobierno
inédito. De hecho, después de todo lo que han pasado, es algo lógico, comprensible y hasta sensato.
El discurso del miedo, tantas veces usado por todas las tendencias políticas instaladas en el poder,
no vale con una población que está más que harta de que le tomen el pelo.
Por eso, me alegro de que hayan tomado esa decisión, la aplaudo, por lo que significa de esperanza nueva para sus impulsores, y les deseo la mejor de las suertes. No es cinismo, es la pura verdad. No tengo nada contra los griegos, ni mucho menos. Es un pueblo mediterráneo, con una Historia impresionante, por el que no puedo sentir algo distinto a la simpatía, excepto cuando se ponen macarras en partidos de basket.
Ahora bien, teniendo en cuenta los indudables paralelismos que existen entre ellos y nosotros, me parece que lo que ha ocurrido es un interesantisimo experimento que no debemos perder de vista.
"España no es Grecia". No, no lo es, pero tampoco somos Alemania, ni Holanda, ni Finlandia, ni... esto es lo que tienen las perogrulladas que nos venden desde los medios cada día y es que se vencen con perogrulladas del mismo calibre.
En términos, culturales, históricos, económicos, sociológicos, desde luego, yo me siento más griego que danés, por ejemplo.
Por eso, podemos establecer un claro paralelismo entre lo que ocurra en Grecia a partir de ahora, y lo que desea mucha gente de aquí que pase en las próximas elecciones.
Ya sé que la situación no es igual, pero unicamente la situación meramente contable. La situación política e institucional si me parece comparable.
Creo que la clave del éxito del nuevo gobierno se debe centrar en:
- Renegociar la deuda.
- Cumplir con sus obligaciones sin castigar más el gasto social.
- Reformar su sector público hasta conseguir algo minimamente eficiente.
Si lo consiguen, las estatuas de Tsipras ocuparán los pedestales de Hércules, y aquí, ya podrán hacer las maletas los grandes partidos para dejar de ocupar las administraciones a todos los niveles. Y, por el contrario, si no lo hacen, mucha gente de aquí (espero) tomen buena nota para buscar otras alternativas menos espectaculares y más realistas. Por eso, digo que es lo mejor que podía pasar: los experimentos con Coca-Cola, y en su defecto, en Grecia.
Suerte y al toro!
miércoles, 28 de enero de 2015
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