viernes, 4 de mayo de 2007

Mal humor / Buen humor

Es sorprendente lo que nos hacen los cambios de humor. Una misma persona, ante una misma situación puede reaccionar de manera radicalmente diferente tan sólo dependiendo de su humor en el momento en que se produce. Parece una ley física, pero no lo es. Todo lo contrario, es algo infinitamente más complejo e inexplicable que un teorema que explique, por ejemplo, el movimiento de las corrientes marinas.
Un lunes frío, el despertador implacable se empeña en devolverte a la realidad a las 07:00 am. Ella no reacciona: "Mirala, como si no fuera con ella". Pones la mano sobre su hombro y lo zarandeas suavemente. Ella solo se da la vuelta y sigue durmiendo: "Será posible..., con que, esas tenemos, eh?...". El zarandeo ya no es tan suave, pero la respuesta es la misma con la única variación de un ceño ligeramente fruncido: "Pero tu que te has creido?". Miras alrededor buscando algo y tu mirada se posa en esa cajita de metal que hay sobre su mesilla. Sonries malévolo sintiendo el frio de la cajita en tu mano y la posas sobre su espalda desnuda. Ella salta como gato y se digna a abrir sus ojos ligeramente.
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El siguiente paso es dramáticamente decisivo y en él influye el maldito humor (bueno o malo) para que ella esboce una sonrisa o te mande a hacer puñetas.
Teniendo en cuenta que nos iría mejor a todos teniendo buen humor, me pregunto de que dependerá el humor, estado de ánimo, para hacernos depender tanto de sus caprichos.
Quizá a algún lumbrera se le ocurre inventar una "pastilla del buen humor" (legal), pero me temo que un permanente buen humor artificial haría perdernos la sal de la vida.
No se, habrá que darle alguna vuelta más a esto.

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